A pesar de que suele considerarse que los sistemas educativos son reticentes a las transformaciones, durante la pandemia de COVID-19 se han producido probablemente más cambios e innovaciones que durante toda década anterior. Las respuestas de emergencia en materia de aprendizaje a distancia adoptadas durante la pandemia han puesto de manifiesto muchos altibajos, así como generado una gran cantidad de preguntas: ¿qué ha funcionado bien y qué no? ¿Qué innovaciones amplifican, exponen o mitigan las desigualdades preexistentes? ¿Qué capacidades institucionales resultaron útiles para adaptarse rápidamente a la crisis? ¿Cómo pueden ampliarse y, posiblemente, mantenerse políticas eficaces de aprendizaje a distancia?
Con motivo del Día Internacional de la Educación, el Banco Mundial y la OCDE han publicado una recopilación de 45 historias de continuidad educativa: "How Learning Continued during the COVID-19 Pandemic: Global Lessons from Initiatives to Support Learners and Teachers" (Cómo continuó el aprendizaje durante la pandemia de COVID-19: Lecciones mundiales de las iniciativas de apoyo a los alumnos y a los profesores). Estas historias fueron documentadas conjuntamente por las dos organizaciones en colaboración con la Iniciativa Mundial de Innovación Educativa de la Universidad de Harvard y HundrED. Los estudios de caso abarcan una variedad de ejemplos de cómo, en medio de una crisis sanitaria sin precedentes, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales respondieron rápidamente al cierre de escuelas mediante estrategias de aprendizaje a distancia.
Las historias presentadas en el informe ilustran cómo los países respondieron a los desafíos críticos relacionados con el apoyo a profesores, padres, cuidadores y estudiantes; la falta de infraestructura digital; y el fortalecimiento de las capacidades organizativas para desplegar el aprendizaje a distancia y mixto. Muchas lecciones aprendidas emergen de estas historias.
Reimaginar las conexiones entre las personas: ¿cómo apoyaron los países a los profesores, los padres y los alumnos?
La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de apoyar a los profesores de diferentes maneras y de proporcionarles (tanto a ellos como a los directores de las escuelas) formación y recursos. El diseño de repositorios educativos para compartir buenas prácticas, la oferta de oportunidades de aprendizaje entre pares y el fomento de la colaboración son algunas de las estrategias que los distintos actores educativos pusieron en práctica en todo el mundo. En Ucrania, por ejemplo, los Edcamps virtuales (eventos participativos de desarrollo profesional organizados por profesores voluntarios y educadores) facilitaron el aprendizaje entre pares de profesores (a los que asistieron educadores de 43 países), así como el intercambio y la difusión de buenas prácticas docentes.
La pandemia también ha puesto de manifiesto el papel esencial que pueden desempeñar las madres, padres y cuidadores, especialmente en la educación infantil, siempre que reciban una orientación y una asistencia eficaces para promover el aprendizaje en el hogar. En India (Madhya Pradesh), por ejemplo, en dos meses se crearon 51.000 grupos de WhatsApp con más de 1,9 millones de padres y 200.000 profesores que pusieron a disposición de los padres contenidos digitales y planes de aprendizaje.
Haciendo frente a las desigualdades: ¿cómo mitigaron los países la falta de infraestructura digital y de conectividad?
La pandemia ha resaltado las desigualdades digitales preexistentes: de media, dos tercios de los estudiantes en edad escolar (3-17 años) no tenían acceso a Internet en casa. Incluso en los países de ingresos altos, la conectividad y el acceso a dispositivos informáticos resultaron ser un reto. Algunos países ya contaban con programas de aprendizaje a distancia, como el uso de radio educativa en Sierra Leona y Liberia (desarrollado durante la crisis del ébola), la televisión educativa en México o las plataformas en línea en Corea y Uruguay. Sin embargo, la mayoría de los países tuvieron que superar retos relacionados con una infraestructura digital insuficiente. En Colombia, por ejemplo, el gobierno subvencionó el acceso a Internet y apoyó a estudiantes, profesores y padres mediante un enfoque multimodal. El Ministerio de Educación Nacional proporcionó una amplia variedad de recursos educativos de forma gratuita a través de su plataforma Aprender Digital. Para garantizar el acceso de los niños a estos contenidos, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), en coordinación con el Ministerio de Educación, promulgó una ley que obligaba a los operadores de telefonía móvil a ofrecer condiciones de tarifa cero para la comunidad educativa, de modo que los proveedores de servicios de Internet y telefonía móvil no cobraran por el uso de datos en servicios y sitios web específicos. El programa uruguayo “Ceibal en casa” ofreció a estudiantes y profesores un sistema nacional de gestión del aprendizaje con funciones de comunicación interactiva, además de más de 170 000 recursos educativos, incluidas soluciones adaptativas y recursos de gamificación. El programa también aumentó el acceso a los dispositivos en los hogares donde se necesitaban, ampliando la infraestructura digital en un 400% para apoyar mejor a los estudiantes desfavorecidos.
Involucrar al ecosistema: ¿cómo mejoraron los países sus capacidades organizativas mediante la colaboración y las asociaciones?
La pandemia dejó claro que, dada la complejidad y la naturaleza multipartita de los esfuerzos relacionados con la educación a distancia, los Ministerios de Educación no pueden operar de forma aislada y deben colaborar con otras entidades (públicas, privadas, académicas). El reto general ha sido cómo articular eficazmente el ecosistema de la educación digital, que tiende a ser muy dinámico, y reunir a todos los actores (proveedores de productos y servicios) para ofrecer soluciones. El Ministerio de Educación de Perú se asoció con su homólogo mexicano para acceder a las lecciones de televisión que habían desarrollado previamente para la población rural. En Nigeria, el Estado de Edo lanzó Edo-BEST@Home, una extensión adaptada para teléfonos móviles del programa de Transformación del Sector de la Educación Básica de Edo (Edo-BEST), desarrollado como una asociación público-privada entre la Junta de Educación Básica Universal del Estado de Edo, el Banco Mundial y las Academias Bridge International. Este programa se amplió rápidamente y se utilizó en toda Nigeria. Además, varias organizaciones sin ánimo de lucro han desempeñado un papel fundamental en el apoyo a los gobiernos para diseñar y aplicar rápidamente estrategias de aprendizaje a distancia, supervisar el acceso y comprobar su eficacia.
Reflexión sobre las lecciones aprendidas y mirada al futuro
Los retos que tenemos por delante son inmensos: medir las pérdidas de aprendizaje, poner en marcha planes de recuperación, desplegar un aprendizaje híbrido eficaz, revertir, o al menos mitigar, las implicaciones negativas del abandono escolar, mejorar la oferta educativa digital. Para hacer frente a estos retos, es importante entender y reflexionar sobre las lecciones de los esfuerzos realizados para garantizar la continuidad del aprendizaje durante los últimos dos años. Un análisis retrospectivo sobre lo que ha funcionado, lo que no, y lo que puede reproducirse de un entorno a otro, puede y debe informar sobre las estrategias para afrontar los próximos retos en el siguiente capítulo de esta crisis global.
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