Preparación de las escuelas para el aprendizaje digital, en opinión de los directores. Un análisis de PISA 2018 y sus implicancias para la respuesta a la crisis del COVID-19 (Coronavirus)

Los ministerios de educación en todo el mundo buscan garantizar la continuidad del aprendizaje para los niños y jóvenes a través de la educación a distancia. Los ministerios de educación en todo el mundo buscan garantizar la continuidad del aprendizaje para los niños y jóvenes a través de la educación a distancia.

En más de 170 países, unos 1.5 mil millones de estudiantes han sido testigos del cierre de sus escuelas como parte de la respuesta de sus gobiernos al coronavirus (COVID-19). En la mayoría de casos, los esfuerzos incluyen el uso de distintas plataformas digitales con contenido educativo y una variedad de soluciones de tecnología educativa, con el fin de mantener la comunicación y los espacios de aprendizaje tan abiertos y estimulantes como sea posible.

La paradoja que afrontan todos los países es que si bien estas soluciones tecnológicas parecen ser la mejor manera de minimizar las enormes pérdidas de aprendizajes durante la crisis (sobre todo para los estudiantes vulnerables), también implican el riesgo de incrementar las brechas de igualdad en la educación. De modo que si la brecha digital en la educación aumentara mientras las escuelas permanecen cerradas, la desigualdad y la pobreza de aprendizajes también aumentarían inevitablemente. La continuidad del aprendizaje, entonces, estaría garantizada para algunos, pero le sería negada a otros.  

Los esfuerzos iniciales se centran en garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a internet, la primera dimensión de la brecha digital. Esto permitiría que todos los estudiantes puedan acceder a materiales de aprendizaje en línea y a plataformas digitales con contenido educativo. Sin embargo, incluso en los países ricos donde la conexión a internet es prácticamente universal y la brecha en términos de acceso es pequeña, la crisis del COVID-19 ha puesto al descubierto otras dos dimensiones relacionadas con la brecha digital.

La segunda dimensión es la brecha en el uso digital. Sin una dirección adecuada, la relación con el contenido digital en línea es menos sofisticada y menos orientada al aprendizaje para los estudiantes de entornos socioeconómicos más pobres. La tercera dimensión es la brecha digital de la escuela: las capacidades y habilidades de cada escuela para 1) impartir el aprendizaje digital individualizado, o nivelado y secuenciado adecuadamente para los estudiantes; 2) para promover y monitorear el uso de estos materiales, y; 3) para ofrecer retroalimentación que permita maximizar los resultados del aprendizaje. Por ejemplo, una escuela podría estar enviando solo material impreso o sugerir que los estudiantes vean videos dirigidos al público en general, mientras que otra tiene la posibilidad de continuar las clases virtualmente o proponer formas creativas de usar las aplicaciones digitales para el aprendizaje colaborativo y el apoyo individualizado al estudiante. La vasta disparidad que existe en términos de capacidad potencial de las escuelas permite comprender por qué esta es la brecha  digital más importante para garantizar que los estudiantes puedan seguir aprendiendo durante la pandemia.

Dado que nadie conoce mejor las escuelas que sus directores, hemos revisado el Cuestionario de Directores en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2018, con el fin de ver qué dijeron sobre la preparación de sus escuelas y maestros para crear y manejar experiencias de aprendizaje digital para los estudiantes. Sus respuestas ofrecen cierta esperanza, pero también un panorama realista y algo decepcionante.   

¿Los directores están de acuerdo en que existe una plataforma efectiva de apoyo al aprendizaje en línea disponible para sus estudiantes?

Los directores de poco más de la mitad de los sistemas educativos encuestados dijeron que la mayoría de estudiantes de 15 años asiste a una escuela sin una plataforma efectiva de apoyo al aprendizaje en línea. Este es el caso de todos los países participantes de América Latina y el Caribe (ALC), la mayoría de Europa y Asia Central (EAC) (sin incluir los países bálticos, Turquía y Kazakstán) y todos los de Medio Oriente y África del Norte (MOAN), excepto Qatar, más un número considerable de países de ingresos altos y miembros de la OCDE (en Francia y Portugal, el 35% de estudiantes no tenía acceso, en Alemania el 34% y en Japón el 25%). Mientras que en la mayoría de países se observa un rango del 35% al 70%, el acceso universal a dichas plataformas está al alcance de solo unos pocos países, incluidos todos los países nórdicos, Singapur, Qatar y las cuatro provincias chinas que participaron en PISA 2018 y, en menor medida, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Estados Unidos. En general, la mayoría de países muestra un rango del 35% al 70% de estudiantes que asiste a una escuela donde el director informa sobre la disponibilidad de plataformas de apoyo efectivas para el aprendizaje en línea. Por lo tanto, los sistemas educativos del mundo siguen estando muy lejos de la disponibilidad universal de plataformas efectivas en línea para el aprendizaje de los estudiantes.

Figura 1. Una plataforma efectiva de soporte del aprendizaje en línea está disponible

Porcentaje de estudiantes de 15 años cuyo director está de acuerdo o muy de acuerdo

Figure 1 map

¿Los directores tienen las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para integrar dispositivos digitales en la enseñanza?

Los directores tuvieron una opinión mucho más positiva sobre esta pregunta. Con solo unos valores atípicos (especialmente Japón), la mayoría de países tiene alrededor de dos tercios de estudiantes de 15 años en escuelas cuyos directores piensan que sus maestros cuentan con las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para el aprendizaje digital. Una vez más, los países de ingresos altos miembros de la OCDE no muestran un mejor desempeño que los países de ingresos medios. Las diferencias entre regiones son comparativamente pequeñas, si bien ALC y MOAN están detrás de EAC y de los países de Asia Oriental y el Pacífico. En la crisis del COVID-19, las respuestas a esta pregunta ofrecen cierto nivel de esperanza, si bien dos tercios parece bajo en el caso de los maestros, generando al mismo tiempo preocupación sobre el tercio restante, cuyos maestros no tienen las habilidades que ahora son indispensables para un aprendizaje digital exitoso mientras las escuelas permanezcan cerradas.

Figura 2. Los maestros tienen las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para integrar dispositivos digitales en la instrucción

Porcentaje de estudiantes de 15 años cuyo director está de acuerdo o muy de acuerdo

Figure 2

¿Los maestros tienen la disponibilidad de recursos profesionales efectivos para aprender a usar los dispositivos digitales?

Los directores tienen una opinión bastante positiva respecto a esta pregunta. En el caso de la mayoría de países, entre el 45% y el 80% de los estudiantes asiste a una escuela cuyo director considera que existen los recursos efectivos para que los maestros puedan usar los dispositivos digitales disponibles, siendo varios los países con porcentajes de 90% e incluso más. Nuevamente, en este caso concreto, los países ricos no se diferencian particularmente de los países de ingresos medios de ALC, MOAN, EAC y Asia Oriental y el Pacífico. Los dos valores atípicos corresponden a Japón y Hungría, donde los directores informaron sobre una falta de ese tipo de recursos (que afecta al 19% y 29% de los estudiantes, respectivamente). Con casi un tercio de los estudiantes con maestros que no cuentan con acceso a estos recursos profesionales, la crisis del COVID-19 aumenta la urgencia de que los ministerios de educación y proveedores del sector privado de todo el mundo creen y pongan más y mejores recursos a disposición de los maestros (y ahora también de los padres).

Figura 3. Los maestros tienen la disponibilidad de recursos profesionales efectivos para aprender a usar los dispositivos digitales

Porcentaje de estudiantes de 15 años cuyo director está de acuerdo o muy de acuerdo 

Percentage of 15-year-old students whose school principal agreed or strongly agreed

Conclusión: Es importante abordar las brechas digitales en la educación en respuesta al COVID-19 y a crisis futuras

Cuando se trata de desigualdades en la educación, la paradoja digital es inevitable. En la mayoría de los 82 sistemas educativos que participan en PISA, existe una correlación positiva entre las tres variables antes descritas y el nivel socioeconómico de los estudiantes (se encontró una correlación positiva y estadísticamente importante en 46, 47 y 56 países para cada una de las tres variables descritas, respectivamente). Así pues, durante el COVID-19 y cualquier otra necesidad futura que implique el cierre de escuelas intermitente, el aprendizaje digital tiene el potencial tanto de evitar que las desigualdades de aprendizaje aumenten como, paradójicamente, de exacerbarlas.

La buena noticia es que la mayoría de los directores de las escuelas mostró bastante confianza en relación a las habilidades pedagógicas de sus maestros y la disponibilidad de recursos para ayudarlos a aprovechar el aprendizaje digital mientras los estudiantes permanezcan en sus casas. Ahora es fundamental garantizar el acceso universal a internet, ya que esto puede permitir que las escuelas aprovechen la tecnología educativa de manera efectiva, de formas apropiadas según la edad, como parte de su instrucción regular. El objetivo es una transición suave hacia el aprendizaje a distancia, que permita la continuidad de la enseñanza durante cualquier interrupción futura que amenace el funcionamiento de las escuelas.


Únase a la conversación

Este contenido no se mostrará públicamente
Caracteres restantes: 1000