Institutos técnicos en Ecuador, una apuesta por la calidad y el acceso al mundo laboral

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Estudiantes de la carrera Arte Culinario Ecuatoriano del Instituto Te?cnico Superior ?YAVIRAC? durante una de sus clases. Foto: Paul Salazar / Banco Mundial Estudiantes de la carrera Arte Culinario Ecuatoriano del Instituto Técnico Superior “YAVIRAC” durante una de sus clases. Foto: Paul Salazar / Banco Mundial

En Ecuador, el 26 % de las mujeres y el 11 % de los hombres entre los 15 y 24 años ni estudian ni trabajan (los denominados ninis) , según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Diana Tates, es una de las jóvenes “nini”. Tiene 19 años, se graduó de la escuela secundaria en 2020 y, ante la crisis económica en pandemia, desistió de la educación superior porque no tenía recursos para financiar una carrera universitaria. Decidió en su lugar dedicarse al cuidado de sus hermanos menores pues pensó que no conseguiría trabajo al no tener estudios.

Para jóvenes como Diana, la educación técnica ofrece una poderosa alternativa educativa ya que pueden adquirir conocimientos prácticos en corto tiempo y vincularse al sector productivo con mayor facilidad, contribuyendo así al desarrollo de una fuerza laboral de calidad a nivel regional.

En un informe publicado por el Banco Mundial, se demuestra que los resultados académicos y laborales de los programas de ciclo corto contribuyen a generar empleo y desarrollar capital humano calificado de acuerdo con la demanda laboral, en corto tiempo y con un costo menor por estudiante.

Tres ventajas de los institutos técnicos:

  1. Mayor número de graduados que en los programas universitarios.
  2. Los graduados ganan mejor que los que solo terminan el bachillerato o no han terminado una carrera universitaria.
  3. Hay una menor tasa de desempleo luego de la graduación.

En este contexto, el aporte de las carreras técnicas, usualmente de dos o tres años de duración y orientadas al mercado de trabajo, podría ser de gran ayuda en la generación de empleo  ya que ofrecen salidas laborales relativamente rápidas y bien remuneradas.

¿Son las carreras cortas una respuesta a la crisis?

Dado el potencial de las carreras técnicas y tecnológicas, urge ofrecer acceso y servicios educativos de calidad de este tipo para los jóvenes. Con este objetivo, la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología e Innovación (SENESCYT) y el Banco Mundial iniciaron en 2016, un proyecto de USD 52 millones para mejorar la infraestructura de los institutos técnicos y tecnológicos públicos y optimizar la relevancia de los programas para el sector productivo.

Con el proyecto, se realizaron intervenciones en infraestructura y equipamiento en cuatro institutos técnicos y tecnológicos y se mejoró la calidad educativa de los mismos. Una de estas intervenciones es la construcción del Instituto Tecnológico Ismael Pérez Pazmiño, en la ciudad de Machala, el cual tiene capacidad para más de 2800 estudiantes. Este instituto es el más moderno del país, gracias a sus 18 laboratorios, 2 talleres, 32 aulas y biblioteca. Además, cuenta con 130 docentes que enseñan en más de 10 carreras técnicas.

Así como los estudiantes de Machala, los estudiantes del Instituto Yavirak, en Quito, también están viviendo una transformación educativa. La rehabilitación de la infraestructura del instituto, que incluyó la construcción y equipamiento de un edificio para la carrera de arte culinario ecuatoriano, ha significado un incremento en la matrícula del 90 %.

Para el estudiante Adrián Calle, el cambio ha sido radical:

“Cuando entré a primer semestre, ocupábamos un aula que no era de cocina: era una oficina, con un baño, no había refrigeración para los alimentos… En cambio, ahora, en los nuevos talleres podemos innovar, modificando o conservando sabores tradicionales ecuatorianos… me siento afortunado de que hayamos sido nosotros quienes pudimos ocupar estas instalaciones”.

Unos institutos nuevos y otros restaurados

Este proyecto también financió la restauración del Instituto Tecnológico Luis Arboleda Martínez, en la ciudad portuaria de Manta. Con el objetivo de mejorar la calidad de la educación, se trabajó muy de cerca con el sector privado para alinear los currículos educativos que satisfagan mejor la demanda de técnicos y discutir acerca del equipamiento necesario para desarrollar habilidades que ayuden a fortalecer las operaciones en el puerto.

En el ámbito de calidad, el proyecto incluyó actividades como la implementación de un programa de remediación asistida por computador en matemáticas, el acceso a internet en todos los institutos del país, la evaluación de competencias transversales para estudiantes y docentes, el desarrollo de un Sistema Integrado de Gestión Académica, y la implementación de laboratorios de realidad virtual en seis institutos en las áreas de reparación de motores y riesgos industriales.

La transformación educativa impulsada por estas intervenciones debe ser sostenible en el largo plazo . Para esto será indispensable el trabajo continuo de vinculación entre el sector productivo y los institutos técnicos y el trabajo de liderazgo que ejerzan los rectores para que la gestión institucional se traduzca en mejores aprendizajes en las aulas. El compromiso del gobierno, el instituto y la comunidad estudiantil para mantener la infraestructura y el equipamiento será fundamental para garantizar la sostenibilidad.

Por último, la calidad de los docentes y el enfoque en su formación continua garantizará que los alumnos adquieran las habilidades que necesitan para contribuir en las economías locales. Ésta será la base de un cambio estructural no solo del sistema educativo sino de las dinámicas de movilidad social de los jóvenes más desfavorecidos.

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Autores

María Laura Sánchez Puerta

Economista Líder y Gerente de Programa de Desarrollo Humano para los países andinos

Helena Rovner

Especialista sénior en Educación

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