Un desarrollo equilibrado para los estados de Brasil de la Amazonia Legal

Colniza, in the Brazilian Amazonia - Photo by Marcelo Camargo - Agência Brasil Colniza, in the Brazilian Amazonia - Photo by Marcelo Camargo - Agência Brasil

El bosque amazónico es un valioso activo natural que presta servicios ecosistémicos a Brasil, América Latina y el mundo, y determina en gran medida el clima de Brasil y, por lo tanto, ejerce una influencia enorme en la economía del país. También es un enorme sumidero de carbono, atrapando el dióxido de carbono que, de liberarse, haría imposible limitar el calentamiento global y conseguir la meta de 1,5 °C establecida en el Acuerdo de París. No alcanzar esa meta tendrá impactos devastadores en el mundo, especialmente en Brasil.

Al mismo tiempo, las personas que viven en la Amazonia Legal de Brasil —en Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Rondônia, Roraima, Pará, Tocantins y Maranhão— se encuentran entre las más pobres del país. Cerca del 40% de ellas vive con menos de BRL 20 al día. La mayoría de estas personas pobres vive en pueblos y ciudades. Pero la pobreza es peor entre los pobres de las zonas rurales, donde aquellas que tienen estilos de vida tradicionales —incluidos los pueblos indígenas— son las más perjudicadas.

¿Cómo puede Brasil proteger la selva amazónica, de modo que continúe proporcionando los servicios ecosistémicos vitales que Brasil y el mundo necesitan, y a la vez permitir que las personas que viven en ella logren una mayor prosperidad?

Es evidente que el actual modelo de desarrollo no lo hará. En la actualidad, el crecimiento económico en la Amazonia depende en gran medida de prácticas insostenibles, incluida la deforestación, que solo en 2022 destruyó una superficie forestal equivalente al tamaño de Qatar. Esto, claramente, pone en peligro los medios de subsistencia de los pueblos tradicionales que han vivido en los bosques durante siglos. También acerca cada vez más a los bosques a un punto de inflexión más allá del cual ya no lloverá lo suficiente para mantenerlos o para apoyar sectores clave de la economía brasileña.

En el memorando económico recientemente finalizado por el Banco Mundial sobre la Amazonia Legal de Brasil, proponemos un modelo de desarrollo diferente, equilibrado y sostenible, que crea tanto riqueza natural como financiera.

Un elemento clave es la protección del bosque amazónico. Los “ríos voladores” arraigados en los bosques proporcionan las precipitaciones que sustentan la agricultura, la energía hidroeléctrica, el suministro de agua y las industrias que dependen de ellos. Como es bien sabido, la protección de los bosques implicará completar las denominaciones legales de las tierras (incluidas las zonas protegidas y los territorios indígenas), hacer cumplir los códigos del uso del suelo pertinentes y efectuar pagos adecuados por los servicios ecosistémicos.

Pero también aporta otro elemento que se conoce menos: una transformación estructural en la economía amazónica. Históricamente, las economías se desarrollan a medida que aumenta la productividad en todos los sectores económicos, y los empleos se desplazan cada vez más desde la agricultura hacia las manufacturas y los servicios. Los aumentos de la productividad permiten a las regiones rezagadas alcanzar a las más avanzadas en un proceso conocido como “convergencia”.

Nuestra labor muestra cómo Brasil puede avanzar en la transformación estructural y la convergencia regional en la Amazonia de una manera en que también se preserven los bosques naturales de la región. Este enfoque pone de relieve el papel fundamental de los pueblos y las ciudades, que deberían proporcionar la mayoría de los empleos en este proceso de transformación estructural. Si los pueblos y las ciudades tienen un desempeño satisfactorio, las fuerzas macroeconómicas también quitarán presión a la explotación forestal y, al mismo tiempo, crearán puestos de trabajo; si no muestran un buen desempeño, será más difícil parar la destrucción de los bosques.

Una mayor productividad en las zonas urbanas puede convertir lo que ahora es una situación perjudicial, en una situación beneficiosa para todos. Se pueden generar mayores ingresos utilizando una menor cantidad de recursos, por ejemplo menos recursos forestales. Un modelo de crecimiento que cambie la atención hacia la mejora de la productividad complementa perfectamente la mejora de la gestión de la tierra y los bosques.

Por supuesto, cualquier transformación implica una disrupción, que se debe manejar. Esto es especialmente cierto cuando afecta a personas que ya están marginadas, tienen una capacidad limitada para hacer frente a la situación y viven en una región sensible desde el punto de vista social y ambiental como la Amazonia. Una particular atención en los medios de subsistencia rurales sostenibles (la bioeconomía) será clave para mantener formas de vida tradicionales que liberen el valor de los bosques sin destruirlos.

Reconociendo que un desarrollo más sostenible e inclusivo en la Amazonia requiere financiamiento, también planteamos algunas ideas sobre cómo obtener financiamiento para la conservación basado en reducciones mensurables de la deforestación. Este financiamiento puede provenir de donantes, mercados financieros, mercados de carbono, el sector privado e instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial. Con ese fin, estamos aumentando el financiamiento basado en el desempeño para combatir el cambio climático, por ejemplo, a través del Fondo para Ampliar la Acción Climática Reduciendo las Emisiones (SCALE).

En nuestro informe, basado en una extensa investigación, se identifican cuatro intervenciones clave para apoyar el desarrollo sostenible e inclusivo en la Amazonia Legal:

  • Aumentar el bienestar de los ciudadanos de la Amazonia fomentando la productividad a través de la transformación estructural tanto en las zonas rurales como urbanas
  • Proteger los bosques fortaleciendo la gestión de la tierra y los bosques, incluida la aplicación de las leyes vigentes
  • Promover los medios de subsistencia rurales sostenibles liberando el capital natural asociado con los bosques en pie y protegiendo a quienes viven en situación de pobreza y las formas de vida tradicionales
  • Movilizar financiamiento para la conservación vinculado a reducciones mensurables de la deforestación y aprovechar recursos públicos y privados o soluciones basadas en el mercado


Este es el primer blog post de una serie. En las próximas semanas examinaremos más detenidamente algunas de las conclusiones de nuestro informe. 

 

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Autores

Marek Hanusch

Economista principal y líder de programa del Grupo de Prácticas de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial

Johannes Zutt

Director a cargo de las operaciones del Banco Mundial en Brasil

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