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Pesca y seguridad alimentaria: Oportunidades para Indonesia

Pesca y seguridad alimentaria: Oportunidades para Indonesia Fotografía: Donny Fernando/Banco Mundial.

¿Sabía que los pescados y mariscos aportan más del 20 % de las proteínas alimentarias de más de 3000 millones de personas? ¿O que se espera que la demanda de pescados y mariscos se duplique para 2050 con respecto a los niveles actuales? Muchos países cuentan con que la pesca apoyará su seguridad alimentaria en las próximas décadas.

Sin embargo, a pesar de ser una parte tan fundamental del sistema alimentario mundial, la actividad pesquera no se gestiona adecuadamente. En 2021, alrededor del 35 % de las poblaciones de peces marinos de todo el mundo estaban sobreexplotadas como consecuencia del fuerte aumento de la demanda, las avanzadas tecnologías de pesca y procesamiento que priorizaban el volumen, y la gestión deficiente. Este enfoque a corto plazo centrado en el incremento de las capturas y los beneficios ha provocado inevitablemente una disminución de las poblaciones de peces.

Por el contrario, la gestión sostenible de las pesquerías generalmente implica restringir la actividad (mediante el establecimiento de límites de las capturas o el control de cuándo y dónde pescar), permitiendo que las poblaciones se mantengan saludables y, por lo tanto, posibilitando que las capturas sean más abundantes a largo plazo.

Sin embargo, estas medidas plantean desafíos en el corto plazo para las comunidades pesqueras y son difíciles de aplicar cuando intervienen múltiples actores. Hoy en día, por ejemplo, muchos de los 60 millones de pequeños pescadores de todo el mundo comparten las aguas con embarcaciones comerciales más grandes y compiten por las mismas poblaciones de peces, pero tienen muchos menos recursos. 

Para gestionar de manera sostenible la pesca marina en el contexto de una creciente demanda de alimentos, se necesitará un enfoque dual: invertir en las cadenas de suministro y aplicar medidas de gestión sólidas (gráfico 1). Aunque cada pesquería es única, una combinación personalizada de estos dos enfoques es clave para aumentar la producción de alimentos procedentes de la actividad pesquera en todo el mundo.

 

Gráfico 1: Las inversiones en la cadena de suministro y las medidas de gestión pesquera van de la mano.

Image Nota: Representación basada en resultados del estudio.

 

En un nuevo estudio (i) realizado en colaboración con el Ministerio de Pesca y Asuntos Marinos de Indonesia, la Universidad de California en Santa Bárbara, la Universidad de Hawai y Hatfield Indonesia, mostramos cómo estas dinámicas podrían evolucionar en Indonesia, una de las naciones pesqueras más importantes del mundo. En el país hay más de 7 millones de pescadores, que suministran más de 6 millones de toneladas de pescado y más del 50 % del total de proteínas de origen animal.

En el análisis se utiliza un modelo bioeconómico (una herramienta que combina predicciones del comportamiento económico y el cambio ecológico) para evaluar las perspectivas de gestión sostenible de tres importantes pesquerías en Indonesia oriental: el atún listado, el pargo-mero y la caballa. Estas contribuyen a los ingresos de exportación, la seguridad alimentaria y el empleo locales, además de ser importantes tanto para los pequeños pescadores como para las grandes empresas pesqueras.

En el estudio se establecen cuatro conclusiones principales:

En primer lugar, los beneficios de una mejor gestión de las pesquerías son considerables. La mejora de la gestión de las pesquerías podría generar un aumento anual a largo plazo (al cabo de 10 años) de los beneficios económicos de más de USD 250 millones solo con estas tres pesquerías.

En segundo lugar, las inversiones en las cadenas de suministro deben realizarse en lugares donde las poblaciones de peces estén bien gestionadas. Las inversiones en las cadenas de suministro, como el almacenamiento en frío, las instalaciones de procesamiento y los mercados de alimentos frescos y animales vivos, hacen que los ingresos provenientes de la pesca aumenten en un promedio de entre un 23 % y un 47 %. Sin embargo, el alza de los precios puede incentivar una mayor actividad pesquera, intensificando la presión sobre las poblaciones de peces y poniendo en peligro las capturas a largo plazo.

En tercer lugar, los beneficios son mayores cuando las inversiones en la cadena de suministro se realizan junto con mejoras en la gestión (gráfico 1). A corto plazo, las inversiones en la cadena de suministro aumentan los ingresos provenientes de la pesca, lo que ayuda a compensar las pérdidas sufridas cuando se aplican medidas de pesca sostenible. Al mismo tiempo, las medidas de gestión salvaguardan las poblaciones de peces y garantizan los ingresos durante períodos más prolongados.

Por último, la pesca a pequeña y a gran escala deben gestionarse de manera integrada: las mejoras en la gestión de un lado tienen beneficios indirectos en el otro, dado que ambos compiten por los mismos peces. Sin embargo, esto significa también que el no abordar los desafíos en un sector socava los resultados en el otro. Por lo tanto, es esencial una acción coordinada.

Indonesia busca aprovechar sus recursos pesqueros para promover la seguridad alimentaria a través de iniciativas como la política de pesca sostenible basada en cuotas y el Proyecto Océanos para la Prosperidad (i) (Lautan Sejahtera, o LAUTRA [i]) respaldado por el Banco Mundial, que tiene como objetivo apoyar la gestión comunitaria de las pesquerías y las zonas marinas protegidas.

De cara al futuro, habrá muchas más oportunidades de pesca sostenible, en Indonesia y en todo el mundo. Los Gobiernos tienen un papel importante, ya que pueden dar prioridad a las inversiones en la cadena de suministro, como nuevas instalaciones de desembarque o almacenamiento en frío, para las pesquerías bien gestionadas y aplicar tasas y gravámenes para disuadir la pesca de poblaciones sobreexplotadas. También pueden establecer estructuras de incentivos, como la asignación condicional de cuotas a los Gobiernos subnacionales que aplican las mejores prácticas.

Al mejorar la gestión de la pesca y aprovechar la complementariedad entre las inversiones en las cadenas de suministro y las medidas de gestión, los países pueden garantizar que la actividad siga siendo una fuente sostenible de alimentos hoy y para las generaciones futuras.


David Kaczan

Senior Economist, World Bank

Yadranka Farita

Natural Resources Management Specialist

Andrew Harvey

Senior Fisheries Specialist

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