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Valerse del sector privado para generar mejores datos sobre el desarrollo

Valerse del sector privado para generar mejores datos sobre el desarrollo Fotografía: TippaPatt/Shutterstock

Los datos son un elemento central del desarrollo, pues impulsan la toma de decisiones y las inversiones que ayudan a reducir la pobreza y crear un futuro sostenible. Sin embargo, la mayoría de los sistemas estadísticos nacionales en los países de ingreso bajo y mediano no cuentan con recursos suficientes y no están preparados para proporcionar datos oportunos, pormenorizados y pertinentes para la formulación de políticas, los que son necesarios para tomar decisiones acertadas. Las encuestas tradicionales, que a menudo son transversales, poco frecuentes y costosas, tienen dificultades para seguir el ritmo vertiginoso de los cambios económicos y sociales.

A medida que los datos se vuelven más esenciales que nunca, es hora de tener en cuenta una pregunta audaz: ¿Qué pasaría si el sector privado se convirtiera no solo en un usuario de datos, sino también en un inversionista, creador y asociado en el ámbito de los datos? Los sistemas estadísticos que necesitamos —en tiempo real, enfocados en lo digital e interoperables— exigen el tipo de intensidad de capital, el apetito de riesgo y la capacidad de innovación que a menudo solo el sector privado puede proporcionar.

El sector privado cuenta cada vez más con las herramientas, el capital y los incentivos para establecer y operar los sistemas que generan datos. Ya sea a través de plataformas basadas en la nube, análisis basados en inteligencia artificial (IA) o infraestructura satelital, las entidades del sector privado están a la vanguardia de las tecnologías que pueden revolucionar los datos sobre el desarrollo.

Asociarse con el sector privado en el ámbito de los datos no solo mejorará la transparencia y la puntualidad de la información, sino que también abrirá nuevos mercados laborales, impulsará la demanda de empleos calificados y permitirá a las empresas diseñar servicios alineados con las necesidades reales. Cuando establecemos alianzas centradas en los resultados, creamos circuitos de retroalimentación que benefician tanto la formulación de políticas como la generación de utilidades.

Los datos son fundamentales

Los sistemas de datos nacionales sólidos no son solo un bien público, sino también un bien de mercado. Los datos confiables, desglosados y actualizados son esenciales para las empresas que se expanden a los mercados de frontera, invierten en cadenas de suministro resilientes o diseñan servicios financieros inclusivos.

La justificación económica es clara: las empresas pueden abrir nuevos mercados, diseñar productos mejor orientados y reducir los costos operativos y de cumplimiento en entornos ricos en datos. Esto es especialmente cierto en las economías en desarrollo, donde la incertidumbre es elevada y el alcance depende de la comprensión hiperlocal.

El costo de los datos deficientes es exorbitante. En un estudio realizado por el Instituto de Desarrollo de Ultramar se estimó que la falta de datos cuesta anualmente a las economías africanas hasta un 2 % del producto interno bruto. Para el sector privado, esto se traduce en costos de diligencia debida más elevados, una mayor exposición regulatoria y ciclos de comercialización más prolongados.

Resultados diferentes y mejores

El modelo predominante de los sistemas nacionales de datos depende en gran medida de instrumentos de encuestas tradicionales, como las encuestas de hogares y los censos, que se realizan cada 5 o 10 años con retrasos en la publicación de datos de 12 a 24 meses. Esto hace que los Gobiernos y los inversionistas tengan acceso a mapas obsoletos y enfrenten vacíos de información crítica. Los sistemas de datos nuevos y alternativos deben basarse en estos sistemas heredados para producir los datos que se necesitan con urgencia de modo de enfrentar con mayor eficacia los desafíos actuales del desarrollo.

El Grupo Banco Mundial está ayudando a los países a modernizar las estrategias nacionales de estadísticas, renovar la infraestructura de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y crear entornos regulatorios preparados para la IA. Nuestras herramientas operativas respaldan el financiamiento basado en resultados, las plataformas combinadas para cofinanciar la modernización, los modelos de datos como servicio con aportes del sector privado, y el fortalecimiento de la capacidad. Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos un nuevo modelo en el que el sector privado sea un asociado de confianza, incentivado y responsable a la hora de generar datos de interés público.

Los mejores sistemas de datos deben ser modulares, en tiempo real y centrados en el usuario. Esto significa pasar de la captura de datos en un momento dado a los flujos de datos continuos y dinámicos, de las bases de datos aisladas a las plataformas interoperables, y de los métodos analógicos a la infraestructura enfocada en lo digital y basada en la nube.

Esta transformación requerirá el uso intensivo de capital, avanzará con rapidez y dependerá en gran medida de los conocimientos tecnológicos, atributos que no suelen asociarse a los organismos públicos con limitaciones burocráticas. Pero estas son características distintivas de las empresas privadas de alto desempeño. Las asociaciones de datos público-privadas deben aprovechar las ventajas comparativas: la supervisión y la legitimidad del Gobierno combinadas con la agilidad, el capital y la innovación del sector privado.

Ya existen varios casos innovadores de cómo la tecnología creada por el sector privado puede generar datos rápidos, pormenorizados y procesables. En Indonesia, por ejemplo, los organismos de estadística están utilizando estimaciones bayesianas de pequeñas superficies e imputaciones con la ayuda de IA para obtener mapas de pobreza por distritos a partir de imágenes satelitales combinadas con microdatos censales. Por su parte, en Colombia se están utilizando análisis geoespaciales basados en la plataforma Google Earth Engine para monitorear la degradación de la tierra y orientar la asignación de los subsidios agrícolas. Durante la pandemia de COVID-19, el Programa Novissi de Togo aprovechó el aprendizaje automático en los registros detallados de llamadas y los indicadores de pobreza obtenidos mediante satélites para distribuir transferencias monetarias de emergencia.

Crear un nuevo pacto para los datos y el empleo

Para impulsar la inversión del sector privado se necesita realmente un nuevo pacto de datos para el desarrollo y el empleo, es decir, instituciones públicas y entidades privadas que inviertan de manera conjunta en los sistemas nacionales de datos. Los pilares clave deben incluir:

  1. Fondos de coinversión en estadísticas: Instrumentos estructurados en los que el capital de riesgo, las fundaciones y los bancos de desarrollo financian conjuntamente infraestructura de datos básica.
  2. Estándares de la calidad de los datos: Fortalecer los estándares de la calidad de los datos para promover la generación de datos confiables y la preparación para la IA.
  3. Aceleradores de la innovación en el área de datos: Unidades integradas dentro de las oficinas de estadística para crear herramientas junto con empresas emergentes, laboratorios académicos y asociados del sector.
  4. Plataformas de datos en tiempo real: Interfaces de programación de aplicaciones abiertas y sistemas nativos en la nube que permitan la integración continua de diversos flujos de datos.
  5. Gobernanza para el uso compartido: Acuerdos sobre la privacidad de datos, interoperabilidad y rendición de cuentas para garantizar la confianza pública en los sistemas privados.
  6. Adquisiciones basadas en resultados: Modelos de pago por resultados en los que se compensa a las empresas en función de las mejoras en la calidad, la accesibilidad y el impacto de los datos.

Si bien los Gobiernos siguen siendo los principales administradores de las estadísticas oficiales, el futuro de un sistema integrado de datos será creado, gestionado y financiado de manera conjunta por actores del sector privado, al igual que las redes de electricidad o de telecomunicaciones. Ahora es el momento de llevar adelante estos cambios para liberar el poder del sector privado e impulsar una transformación radical en la manera en que los datos se pueden utilizar para mejorar las vidas de las personas en todo el mundo.

 


Lisandro Martin

Director del Departamento de Resultados de la Oficina del Director Gerente Superior del Grupo Banco Mundial

Haishan Fu

Jefa de Estadística del Banco Mundial y Directora del Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo

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