Acabamos de publicar la Reseña sobre migración y desarrollo n.o 37 titulada Remittances Brave Global Winds With a Special Focus on Climate Migration (i) (Las remesas desafían los factores adversos en el ámbito mundial, poniendo especial atención en la migración derivada del clima). Contra todo pronóstico, en 2022, las remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano crecieron aproximadamente un 5 % hasta alcanzar los USD 626 000 millones. Este crecimiento se produjo a pesar del empeoramiento de la situación mundial y de las incertidumbres económicas.
Los flujos de remesas a las regiones en desarrollo se vieron afectados por varios factores en 2022. En primer lugar, el sólido ritmo de crecimiento de las remesas es una prueba de la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en sus países de origen. Su capacidad para enviar dinero a sus hogares se vio respaldada por una reapertura gradual de varios sectores en las economías de los países anfitriones (tras los cierres provocados por la pandemia y las interrupciones en los viajes), lo que mejoró sus ingresos y su situación laboral. El aumento de los precios, por otra parte, incidió de manera adversa en los ingresos reales y las remesas de los migrantes.
Los tipos de cambio afectaron los flujos de remesas: en el caso de Rusia, una inesperada y fuerte apreciación del rublo se tradujo en un valor más alto, en términos del dólar estadounidense, de las remesas hacia los países de Asia central y del Cáucaso meridional. En el caso de Europa, el debilitamiento del euro tuvo el efecto opuesto de reducir el valor en dólares estadounidenses de los flujos de remesas con destino al Norte de África y a otros países. Por último, en muchos países que sufrieron escasez de divisas y establecieron múltiples tipos de cambio, los flujos de remesas registrados oficialmente disminuyeron a medida que se optaba por efectuar las remesas a través de canales alternativos que ofrecían tipos de cambio más convenientes.
Cabe destacar otros factores específicos de dos regiones. La migración en tránsito y, por lo tanto, las remesas recibidas por los migrantes en tránsito continuaron siendo sólidas en México y América Central. En Europa y Asia central, el aumento de los precios del petróleo, junto con el repunte posterior a la pandemia de la demanda de trabajadores migrantes de Rusia y los pagos a personas y empresas rusas que se reubicaron en el extranjero tras el inicio de la guerra, aumentaron el flujo de remesas a los países de Asia central y del Cáucaso meridional.
El costo de enviar USD 200 a países de ingreso bajo y mediano ascendió, en promedio, al 6 % en el segundo trimestre de 2022, no muy diferente al de hace un año y el doble de la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo). Entre las regiones en desarrollo, fue más barato enviar remesas a Asia meridional (un 4,1 %), mientras que fue más costoso, en promedio, enviar a África subsahariana (alrededor de un 7,8 %).
Con respecto a la migración, datos preliminares indican que los flujos migratorios oficiales se están recuperando de la disminución provocada por la pandemia durante 2020-21. Si bien la recuperación de la migración parece ser muy sólida en Estados Unidos, los flujos migratorios no han regresado a los niveles anteriores a la COVID-19 en la zona del euro. Sin embargo, la emigración de indocumentados hacia la Unión Europea y Estados Unidos parece ir en aumento. Los flujos de refugiados también se están incrementando: desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, 7,8 millones de ucranianos se han desplazado hacia países de la Unión Europea.
En un artículo especial de la reseña se señala que las crecientes presiones del cambio climático aumentarán la migración y perjudicarán los medios de subsistencia. El cambio climático está surgiendo como un importante factor impulsor del desplazamiento de personas. Las tormentas más fuertes, el incremento de las inundaciones, la intensificación del calor y de la sequía, y el aumento del nivel del mar ya están obligando a las personas a dejar sus hogares y, en algunas ocasiones, sus países. Se prevé que tales fenómenos extremos aumentarán en los próximos años. En el informe Groundswell del Banco Mundial se estimó que la migración interna provocada por impactos climáticos podría llegar a 216 millones de personas para 2050 debido a los efectos climáticos de evolución lenta.
Si bien la mayor parte de la movilidad relacionada con el clima ha sido y se prevé que sea interna, esta podría extenderse a los países vecinos, especialmente entre las pequeñas naciones insulares que enfrentan riesgos para su habitabilidad. Las personas más vulnerables a los impactos negativos del cambio climático son aquellas que no pueden desplazarse en las zonas en peligro. Es probable que los más pobres sean los más afectados, pues suelen carecer de los recursos necesarios para adaptarse o para trasladarse a otro lugar.
La migración regular y segura debe considerarse como parte de estrategias de adaptación que incluyen medidas como movilidad laboral y acceso a trabajo decente, admisión y estancia por razones humanitarias, reunificación familiar, exenciones de visados y caminos jurídicos. Se deben considerar soluciones de políticas para las personas que quieren trasladarse, para aquellas que ya se han desplazado y para las que no se irán de sus lugares de origen. Es necesario realizar esfuerzos en diversos aspectos de las políticas migratorias a nivel local, nacional e internacional.
A lo largo de la historia, la respuesta de las personas ante el deterioro de las condiciones climáticas ha sido desplazarse para sobrevivir. En las estrategias nacionales y regionales de desarrollo, se debe tener en cuenta la migración derivada del clima. Para gestionar el desplazamiento en las regiones afectadas y el flujo de personas hacia las comunidades receptoras, será necesario implementar medidas de preparación y preventivas. Los responsables de formular políticas deben tener un plan para establecer áreas seguras donde alojar a los inmigrantes y poner a disposición un financiamiento adecuado. Las remesas también ayudan a los hogares receptores en los países en desarrollo a aumentar su resiliencia, por ejemplo a través de la construcción de viviendas más sólidas, y afrontar las pérdidas después de los desastres.
Para leer más sobre los principales acontecimientos relacionados con la migración y los flujos de remesas, y el desplazamiento impulsado por el clima, descargue la reseña en esta página (i). También puede encontrar estudios relacionados con cambios en las políticas y regulaciones durante los últimos seis meses (desde la reseña anterior, publicada en mayo de 2022). Se examinan los efectos en la migración y las remesas de la guerra entre Rusia y Ucrania, la pandemia de COVID-19, la inflación y otros cambios en el entorno económico mundial.
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