¿Separar a las mujeres de los hombres en el transporte público soluciona el problema generalizado del acoso y la agresión sexual, o simplemente lo resuelve de manera temporal? ¿Cómo pueden los Gobiernos combatir el acoso sexual en el transporte público sin segregar a los géneros? ¿Emplear a mujeres en el sector contribuye a diseñar mejores soluciones para mejorar la movilidad y la seguridad personal de las mujeres en el transporte público? Expertos en estas cuestiones abordaron estas y otras preguntas en el evento Las mujeres como usuarias de transporte y proveedoras de servicios de transporte: Qué funciona y qué no funciona organizado por el equipo del Banco Mundial dedicado al tema del transporte. Los datos indican que, si bien un porcentaje importante de las mujeres en todo el mundo sufre acoso sexual en el transporte público, (PDF, en inglés) a menudo en proporciones pandémicas, la mayoría de los casos no se denuncia.
La sesión se organizó para analizar las consecuencias en materia de desarrollo del transporte exclusivo para mujeres; resaltar la importancia de tener leyes para las mujeres en el sector del transporte, y preparar mejor al personal del Banco Mundial para debatir estos dos temas con sus respectivos clientes.
El concepto de los servicios de transporte solo para mujeres suele atraer la atención de los medios de comunicación, y se ha debatido con anterioridad. Quienes están a favor de proporcionar a las mujeres la opción del transporte segregado por género señalan que esta modalidad ofrece la seguridad que tanto necesitan las mujeres y les facilita el acceso a oportunidades de ingresos y diversos servicios. Aquellos que están en contra de la segregación por género manifiestan que esta modalidad refuerza aún más las desigualdades de género y arraiga las actitudes sexistas.
Durante los comentarios iniciales, la gerente de Prácticas del Departamento de Prácticas Mundiales de Transporte y Desarrollo Digital del Banco Mundial, Karla Gonzalez Carvajal, dijo que “el debate actual no es solo sobre los derechos de las mujeres; no se trata solo de mejorar el bienestar de las mujeres”. Agregó que “se trata también de abordar los obstáculos a la movilidad que enfrenta la mitad de la población mundial. En nuestros proyectos del sector del transporte tenemos que pensar de manera integral para abordar las barreras tanto a nivel del empleo como de los servicios a fin de ofrecer una movilidad segura y oportunidades de trabajo inclusivas para todos en el sector del transporte”.
¿El transporte separado por género es una mala idea...
“La segregación por razón de género en el transporte público no aborda las causas fundamentales de la discriminación y la violencia de género. De ninguna manera es una solución al problema del acoso sexual”, dijo Ximena Andion, directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir de México. “No da más derechos a las mujeres y no aborda las normas y leyes”.
“Dejen de definir a todos los hombres como depredadores”, agregó Marty Langelan de la empresa Langelan & Associates. “¡Es un error estratégico! Muchos hombres son aliados. El transporte segregado es una inversión perdida, un fracaso tanto ético como económico. Los programas de intervención sistemática son mucho más eficaces. Las intervenciones detienen a los acosadores en todo el sistema de transporte”.
… o una necesidad práctica?
“Un estudio reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) [PDF, en inglés] muestra que el acceso limitado al transporte y la seguridad del mismo reducen en un 16,5 % las probabilidades de participación de la mujer en la fuerza laboral en los países en desarrollo ”, dijo Farhad Ahmed, especialista superior de Transporte del Banco Mundial. “Si las mujeres no pueden usar el transporte público de manera segura, esto puede tener un impacto a largo plazo en la planificación del transporte”.
“En algunos países, el acoso sexual en el transporte se traduce en niñas que faltan a la escuela, mujeres que renuncian a ofertas de trabajo o incluso que no pueden acceder a servicios de salud esenciales”, agregó Elsa Marie D’Silva, (i) fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Red Dot.
Mujer, Empresa y el Derecho
La segunda mitad del debate se centró en los datos del nuevo informe Mujer, Empresa y el Derecho 2018 publicado por el Banco Mundial, en que se analizan las restricciones al empleo femenino en el sector del transporte. Los datos del informe indican que más de 2700 millones de mujeres en todo el mundo enfrentan restricciones legales para optar a los mismos trabajos que los hombres . Actualmente, 19 economías imponen restricciones al empleo de las mujeres en el sector del transporte y 177 economías no prohíben el acoso sexual en lugares públicos.
“Todos coinciden en el objetivo de un transporte público en el que los usuarios, hombres y mujeres, se sientan seguros. Las alternativas para alcanzar ese objetivo, ya sea a través de un transporte público totalmente integrado con mayor protección para las mujeres o brindando a las mujeres la opción de vagones de metro solo para mujeres, tienen grandes implicaciones para las economías en general y para los beneficiarios a nivel individual”, dijo Franz R. Drees-Gross, director del Departamento de Prácticas Mundiales de Transporte y Desarrollo Digital del Banco Mundial, durante los comentarios finales. “Debemos ser conscientes de todas las ventajas y desventajas para que podamos ofrecer soluciones de desarrollo personalizadas a nuestros clientes”.
El debate se centró en las estrategias para reducir la violencia contra las mujeres en el transporte público y aumentar la movilidad de las mujeres. Con este diálogo se arrojó luz sobre cuán complejo es el problema. Además, durante el evento se recomendaron varias soluciones innovadoras que destacan la necesidad de incorporar plenamente las consideraciones de género en el diseño y la planificación del transporte público.
Si bien aún no se ha dilucidado la manera precisa de ampliar el acceso de las mujeres a la movilidad, ofrecer oportunidades de empleo a las mujeres en el sector puede conducir a una infraestructura y servicios de transporte más inclusivos. Esto también puede influir en el debate sobre el transporte dirigido exclusivamente a las mujeres al incorporar los puntos de vista de las mujeres en las instancias decisorias.
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