Según proyecciones, en 2024 y 2025, el crecimiento económico (i) mundial será casi 0,5 puntos porcentuales más bajo que el promedio registrado durante los cinco años previos a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, los precios medio de los productos básicos (PDF, en inglés) en 2024-25 se mantendrán cerca de un 40 % por encima de los niveles de 2015-19 (gráfico 1).
Por ejemplo, se prevé que los productos básicos energéticos y alimentarios se moderarán, pero seguirán siendo alrededor de un 40 % y un 30 % superiores a los promedios de 2015-19, respectivamente. Se espera que los precios de los metales básicos aumentarán de manera leve este año y el próximo, subiendo en promedio alrededor de un 40 % en comparación con el período de 2015-19.
Gráfico 1: Mayores precios de los productos básicos, menor crecimiento
Crecimiento mundial y precios de productos básicos en 2024-25, desviación respecto de los promedios de 2015-19
Fuente: Banco Mundial.
Notas: Desviación del promedio de 2024-25 de los pronósticos de crecimiento mundial y de los índices del Banco Mundial para los precios de los productos básicos, los precios de la energía, los precios de los alimentos básicos y los precios de los metales básicos, respecto de los promedios de 2015-19. Pronóstico del crecimiento del PIB extraído de las Perspectivas económicas mundiales de junio de 2024.
Hay al menos cuatro fuerzas detrás de esta tendencia:
La oferta mundial de petróleo sigue siendo limitada (PDF, en inglés). Desde principios de 2023, los exportadores de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)+ han eliminado una proporción sustancial del suministro mundial del mercado petrolero, aumentando y extendiendo progresivamente los recortes de la producción como respuesta a la percepción de una demanda débil (PDF, en inglés). A fines de junio, los miembros de la OPEP+ retenían más de 6 millones de barriles de petróleo diarios, casi el 7 % de la demanda mundial (gráfico 2). Esto, combinado con un mayor énfasis en la rentabilidad a corto plazo en el sector del petróleo de esquisto de Estados Unidos —que frena la respuesta de la producción al alza de los precios—, ha respaldado los mayores precios del petróleo. El petróleo Brent ha fluctuado entre los USD 70 y USD 90 por barril a lo largo de 2024 hasta la fecha. En general, se espera que esta tendencia continúe el próximo año, con una previsión de un precio medio de USD 79 por barril de petróleo Brent.
Gráfico 2: Mayores recortes de la producción de petróleo por parte de la OPEP+
Capacidad de reserva de la OPEP+
Fuentes: Agencia Internacional de Energía (AIE) y Banco Mundial.
Notas: Capacidad de reserva de los miembros de la OPEP+, según se indica en los informes mensuales de la AIE sobre el mercado petrolero. Otros miembros de la OPEP+ son Argelia, Azerbaiyán, Bahrein, Brunei, Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Iraq, Kazajstán, Kuwait, Libia, Malasia, México, Nigeria, Omán, Sudán del Sur y Venezuela.
La demanda de productos básicos de China ha sido resiliente a pesar de un crecimiento más lento de la producción. En gran medida, el crecimiento mundial tenue refleja una desaceleración de la economía de China (PDF, en inglés). Esto, a su vez, evidencia en parte un declive en el sector inmobiliario del país. Entre 2015 y 2019, el crecimiento de China alcanzó una tasa promedio del 6,7 % anual. Por el contrario, en 2024-25, parece que el país crecerá alrededor del 4,5 %. Sin incluir el período de 2020-22, cuando los acontecimientos relacionados con la pandemia tuvieron una gran influencia, el anterior sería el ritmo de crecimiento más lento en el país en varias décadas. China es el mayor consumidor mundial de metales y energía, por lo que se esperaba que una caída en la actividad inmobiliaria reduciría sustancialmente su interés por los productos básicos. Hasta ahora, eso no ha sucedido. En lugar de ello, la demanda de productos básicos industriales ha demostrado que puede ser resiliente, impulsada por las inversiones en infraestructura y el enfoque estratégico del país de acelerar la capacidad industrial en sectores preferentes, como los productos electrónicos y los vehículos eléctricos. Esto ha compensado, al menos en parte, la debilidad de la demanda de productos básicos registrada en el sector inmobiliario (gráfico 3).
Gráfico 3: Mayor financiamiento para el sector industrial en China
Préstamos industriales e inmobiliarios en China
Fuentes: Haver Analytics y Banco Mundial.
Nota: Crecimiento anual de los préstamos inmobiliarios y de los préstamos industriales a mediano y largo plazo otorgados por instituciones financieras en China.
El cambio climático está impulsando la demanda de metales y alterando la oferta agrícola. La lucha contra el cambio climático proporciona un telón de fondo cada vez más importante para los mercados de productos básicos (PDF, en inglés). En todo el mundo, las inversiones en tecnologías de energía limpia con uso intensivo de metales crecen a un ritmo de dos dígitos (gráfico 4). Ello está generando fuertes incentivos para una mayor producción de metales, en particular materiales como el cobre y el aluminio, que son esenciales para las tecnologías verdes. Sin embargo, los tiempos de espera prolongados para poner en marcha nuevas minas hacen prever que la oferta seguirá siendo escasa durante algún tiempo, lo que podría mantener los precios de los metales básicos relativamente altos. Mientras tanto, en los mercados de productos básicos agrícolas, los fenómenos meteorológicos relacionados con el cambio climático han limitado recientemente la oferta de cacao y café, aumentando los precios a niveles sin precedentes. Es probable que los déficits asociados con enfermedades y desastres se vuelvan más comunes a medida que aumentan y cambian las temperaturas.
Gráfico 4: Más inversión en energía limpia
Inversión mundial en energía limpia
Fuentes: Agencia Internacional de Energía y Banco Mundial.
Notas: Total de las inversiones mundiales en cada período de tres años en dólares estadounidenses reales de 2023. Los valores de 2023 son estimaciones. Otros: energía renovable de uso final; electrificación en los sectores de la construcción, el transporte y la industria, y almacenamiento en baterías.
Las tensiones geopolíticas se han intensificado (PDF, en inglés). Los precios de los productos básicos se han mantenido elevados y volátiles debido, en parte, a las conmociones geopolíticas observadas en los últimos dos años y medio. Estos precios, que aumentaron rápidamente en 2021, se dispararon a principios de 2022 cuando la invasión de Rusia a Ucrania desestabilizó los mercados de la energía y los cereales. Tras alcanzar su punto máximo a mediados de 2022, los precios de la energía cayeron considerablemente. Sin embargo, esa disminución se detuvo a partir de mediados de 2023, ya que los países exportadores de petróleo de la OPEP+ redujeron la oferta. El inicio del último conflicto en Oriente Medio avivó entonces las preocupaciones geopolíticas, lo que provocó oscilaciones de precios en octubre pasado. En abril de este año, la escalada de las tensiones en Oriente Medio hizo que los precios del petróleo superaran de nuevo los USD 90 por barril, mientras que los precios del oro, que son especialmente sensibles a los acontecimientos geopolíticos, alcanzaron máximos históricos.
De cara al futuro, las tensiones geopolíticas continuarán siendo un riesgo clave para las perspectivas tanto de los precios de los productos básicos como del crecimiento mundial, lo que aumenta las posibilidades de nuevas perturbaciones de la oferta (gráfico 5). Según algunos indicadores, el número de conflictos armados activos es el más alto (i) observado en décadas. Cualquier escalada de los conflictos que afecte significativamente el suministro de energía podría provocar un alza generalizada de los precios de los productos básicos. En ese caso, la inflación mundial podría recuperar impulso, y llevar a los bancos centrales a ser cautelosos a la hora de flexibilizar la política monetaria en los próximos meses.
En términos más generales, la combinación de numerosos conflictos armados y un entorno geopolítico cada vez más turbulento amenaza con aumentar la incertidumbre, debilitar la confianza de los consumidores y las empresas, y fomentar la volatilidad de los mercados financieros. Datos históricos muestran que el incremento del riesgo geopolítico se asocia con niveles de inversión más bajos y fuertes riesgos de deterioro en materia de crecimiento. Por ello, es imperativo que la comunidad mundial encuentre la manera de aliviar las tensiones (i) y redoblar los esfuerzos dirigidos a apuntalar los países más vulnerables (i).
Gráfico 5: Aumento de los riesgos geopolíticos
Índice de riesgo geopolítico, promedios del período
Fuente: Caldara, Darío e Iacoviello (2021) (i), Banco Mundial.
Notas: Promedio de los datos mensuales; la última observación corresponde a mayo de 2024.
Por el momento, el aumento de los precios de los productos básicos ha abierto una ventana de oportunidades crucial para los países que exportan esos productos. Ahora que los precios se han disparado, se prevé que muchos de ellos crecerán más rápido en los próximos años que en 2015-19. Eso brinda a los países la oportunidad de reconfigurar sus economías de manera que garanticen la prosperidad a largo plazo. Una primera medida adecuada sería promover instituciones más sólidas (i) que puedan utilizar los ingresos extraordinarios para rectificar los desequilibrios fiscales (PDF, en inglés). También deberían acumular reservas de divisas y reforzar la credibilidad de los bancos centrales.
A medida que la economía mundial supera las conmociones de los últimos años y se adentra en la mitad de la década de 2020, varios factores clave que se relacionan con los mercados de productos básicos y las perspectivas de crecimiento parecen haberse modificado. Los desastres relacionados con el clima son cada vez más comunes. La demanda de metales asociada con la transición energética cobra fuerza. Las tensiones geopolíticas han aumentado y no muestran señales de disminuir. En estas circunstancias, un período prolongado de alza de los precios de los productos básicos en medio de un crecimiento moderado podría convertirse en la norma.
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