Ha pasado un año desde que Rusia invadió Ucrania causando una ola generalizada de devastación y sufrimiento en el país y un cimbronazo en la economía mundial.
Es difícil imaginar que ha pasado un año desde que Rusia invadió Ucrania causando una ola generalizada de devastación y sufrimiento en el país y un cimbronazo en la economía mundial. Como resultado de la invasión, 8 millones más de ucranianos viven hoy en la pobreza, lo que ha anulado 15 años de avances. Debido a que aumenta constantemente el número de viviendas que han sufrido daños graves, y los hospitales y escuelas que han quedado destruidos, miles de ucranianos están pasando estos duros meses de invierno con cortes frecuentes de electricidad y calefacción. Lo pude comprobar personalmente cuando visité Ucrania en noviembre (i).
Frente a una destrucción inconcebible, el Gobierno de Ucrania y los ciudadanos del país han mostrado una resiliencia notable. Todos vemos el extraordinario coraje y la vocación de libertad del pueblo ucraniano. Gracias al sólido apoyo recibido de donantes, cuyos fondos se canalizaron en gran medida a través del Proyecto de Gastos Públicos para Fortalecer la Capacidad Administrativa (PEACE), del Banco Mundial, el Gobierno de Ucrania ha contado con los recursos necesarios para prestar servicios esenciales a sus ciudadanos y para mitigar los riesgos macroeconómicos.
A pesar de la marcada caída de los ingresos fiscales, el Gobierno ha seguido prestando servicios esenciales de manera ininterrumpida a sus ciudadanos, incluso a los que no están en el país, ha mantenido abiertas las escuelas y los hospitales y ha pagado las pensiones, así como los salarios de los docentes y los empleados públicos. El financiamiento de estos servicios cruciales reviste prioridad, y Ucrania necesita entre USD 3000 millones y USD 4000 millones al mes para mantenerlos. El fortalecimiento del tejido social y económico de Ucrania y el funcionamiento continuo de la administración del país son aún prioridades clave para la comunidad internacional. Los fondos canalizados a través del Proyecto PEACE han sido muy eficaces para proporcionar servicios sociales esenciales y apoyo a 12 millones de ucranianos en estos tiempos difíciles.
El Banco Mundial, un asociado de larga data de Ucrania, actuó con rapidez cuando estalló la guerra y ha movilizado más de USD 18 000 millones hasta la fecha. El financiamiento fue posible gracias a las generosas contribuciones de nuestros asociados donantes, entre ellos los Gobiernos de Estados Unidos, del Reino Unido, de los países de la Unión Europea y de Japón. A partir de la evaluación inicial del Banco, finalizada en septiembre de 2022, se calculó que el costo de la reconstrucción de Ucrania ascendería a unos USD 350 000 millones. Antes de las Reuniones de Primavera del Banco, que tendrán lugar en abril, se presentará una evaluación actualizada, en la que se analizará el impacto de un año completo de guerra.
El aumento de los ataques a la infraestructura vital de Ucrania, incluidas las carreteras, las centrales eléctricas y las redes de distribución de energía, conlleva la urgente necesidad de llevar a cabo reparaciones. En la evaluación del impacto en el sector de energía, realizada por el Banco, se señala que los daños actuales en la infraestructura energética son cinco veces mayores que los registrados hasta junio de 2022.
Sobre la base de la experiencia adquirida por el Banco Mundial durante muchas décadas a través de su labor en países afectados por situaciones de fragilidad, conflicto y violencia, sabemos que es fundamental limitar las pérdidas de capital humano y fortalecer la capacidad de planificación y ejecución del Gobierno de Ucrania para que las medidas de alivio y reparación tengan éxito. Asimismo, esto facilitará la enorme tarea de reconstrucción del país y de su economía cuando termine la guerra.
El país necesita continuar las obras de reparación de emergencia de carreteras, puentes, hospitales, centrales eléctricas y redes de distribución de energía para mejorar las condiciones de vida de sus agobiados ciudadanos y mantener la actividad comercial y económica. El Banco Mundial, en forma conjunta con el Gobierno de Ucrania, ha identificado proyectos prioritarios para la adopción de medidas inmediatas dirigidas a reparar la infraestructura dañada, y ha establecido el Fondo Fiduciario para el Alivio, la Recuperación, la Reconstrucción y la Reforma de Ucrania para canalizar los fondos de los donantes internacionales a través de mecanismos de transferencia rápidos, con sólida capacidad de supervisión para garantizar que los fondos se asignen y utilicen con eficacia.
Antes de que finalice la guerra, incluso, Ucrania necesita comenzar a prepararse para una reorganización resiliente e inclusiva: una tarea enorme que llevará tiempo y requerirá gran ayuda de la comunidad internacional. El Banco Mundial, con sus amplios conocimientos especializados sobre reorganización y su gran experiencia a nivel mundial, puede proporcionar asistencia técnica y asesoramiento sobre políticas para promover reformas, incluida la acción climática, que ayudarán a Ucrania a trazar un futuro sostenible y alcanzar su objetivo de formar parte de la Unión Europea. Además, la Corporación Financiera Internacional IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), organizaciones hermanas del Banco Mundial, están en una posición muy buena para respaldar la participación del sector privado, tanto internacional como nacional, que es sumamente necesaria para la recuperación y la reorganización. El apoyo proporcionado por IFC y MIGA hasta la fecha ya ha tenido un impacto catalizador.
No olvidemos que el apoyo destinado a Ucrania no constituye únicamente una inversión en el futuro del país, también es una manera de contribuir al fortalecimiento de la frágil economía mundial. Cuando los países de todo el mundo luchaban para recuperarse de la pandemia de COVID-19, la guerra, que está causando sufrimientos inimaginables en la misma Ucrania, también provocó un marcado aumento de los precios de la energía y agravó la escasez de alimentos, lo que afecta las vidas de millones de personas más allá de las fronteras del país.
Al comenzar el segundo año de la guerra, confiamos en que pronto reinará la paz nuevamente. La reconstrucción de Ucrania llevará muchos años y requerirá nuestra firme ayuda colectiva. El Banco Mundial seguirá cooperando con el Gobierno de Ucrania y brindará ayuda para abordar las necesidades del país a corto y largo plazo, con contribuciones de los donantes y mediante el trabajo con sus asociados.
A través del trabajo conjunto y aprovechando el poder de la cooperación, la comunidad internacional puede multiplicar los beneficios de la asistencia a Ucrania. Asimismo, la ayuda que se brinde al Gobierno de Ucrania para mitigar los impactos de la guerra y preparar al país para un futuro sostenible y pacífico también contribuirá al bien económico mundial.
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