Asuntos de género. El Grupo Banco Mundial ha comenzado a establecer parámetros más exigentes en lo que respecta a la igualdad de género (i), poniendo énfasis en los resultados de sus intervenciones en los países clientes y en el seguimiento correspondiente. ¿En qué afecta esto nuestro trabajo sobre gestión del riesgo de desastres (GRD)?
En el Día Internacional de la Mujer, hablamos con Claudia Soto y Jana El-Horr, quienes están al frente de proyectos del Banco Mundial en Haití y Madagascar, respectivamente. Queríamos averiguar cómo y por qué tenían en cuenta el tema del género al diseñar proyectos dirigidos a fortalecer la resiliencia frente a los peligros naturales. La conversación resultó particularmente pertinente este año, dado que la crisis provocada por la COVID-19 a la que nos enfrentamos afecta desproporcionadamente a las mujeres y las niñas (i) de todo el mundo.
Desde un proyecto sobre preparación ante desastres (i) en Haití hasta una iniciativa de apoyo a los medios de vida resilientes (i) en el sur de Madagascar, Claudia y Jana supervisan proyectos en entornos complejos afectados por fragilidad y conflictos, que son también sumamente vulnerables a los peligros naturales y a las crisis climáticas.
Esto es lo que aprendimos.
1. La cuestión del género no hace referencia a las mujeres en forma aislada. Las mujeres están conectadas con los demás miembros de la sociedad. Por lo tanto, para abordar sus prioridades, es necesario trabajar con toda la comunidad.
El proyecto en Madagascar es un claro ejemplo. Los desastres que azotan con frecuencia el sur del país y la pobreza extrema de la región han generado una crisis humanitaria cíclica. Las mujeres son un grupo particularmente vulnerable. Pero los factores que provocan esa vulnerabilidad no surgen de forma aislada. Las evaluaciones realizadas como parte de la preparación del proyecto mostraron claramente que para incrementar el empoderamiento de las mujeres, mejorar los medios de vida y abordar la violencia de género era necesario involucrar en el proyecto a otros miembros clave de la comunidad (i): las personas mayores, los cónyuges y los jóvenes.
2. Tener en cuenta el género no implica trabajar más, sino mejor. A menudo se considera que integrar los aspectos relacionados con el género en la preparación de un proyecto conlleva un trabajo adicional. Cuando el tiempo apremia, como en el caso de los proyectos de emergencia, por ejemplo, el género puede quedar al final de una lista de prioridades diversas.
Sin embargo, tener en cuenta el tema del género en el diseño de proyectos no implica trabajar más. La clave está en plantear las preguntas adecuadas, ya sea en las conversaciones con funcionarios gubernamentales sobre la recopilación de datos después de un desastre o cuando se preparan prototipos para el diseño de refugios contra diversos peligros. En el caso del proyecto de Haití, gracias a que desde el principio se formularon las preguntas correctas, se ha logrado tener en cuenta la seguridad y las necesidades de las mujeres y las niñas en el diseño de refugios públicos. Esta fue una de las medidas adoptadas para abordar las brechas de género en el uso de refugios (PDF, en inglés), detectadas como parte de un estudio conductual más amplio referido a las evacuaciones.
3. Tener en cuenta la cuestión del género no es simplemente marcar un casillero. Resulta fundamental para diseñar un proyecto de manera adecuada. Si se comprenden los factores que dan lugar a impactos diferenciados según el género en casos de desastre, se puede mejorar el diseño de las políticas.
Un país que ha sufrido un desastre fatal puede verse tentado a invertir en tecnología y modelos costosos y sofisticados que le permitan predecir el siguiente evento con mayor precisión. Sin embargo, las evidencias muestran que cuando en un desastre mueren más mujeres que hombres, en general esto se debe a la falta de información, el acceso inadecuado a refugios seguros o la ausencia de capacidad para actuar y tomar decisiones. Esto es lo que se ha observado en Bangladesh (i), Indonesia (i) y Nepal (i). En algunos lugares, puede resultar más útil invertir recursos para ampliar la cobertura de las alertas tempranas, mejorar la seguridad y la gestión de los refugios, y promover la participación y el liderazgo de las mujeres en la GRD a fin de reducir la tasa de mortalidad por desastres.
Considerar el tema del género en el diseño de proyectos trae beneficios, pero todavía presenta algunos desafíos. Un motivo de gran preocupación es la falta de herramientas y de un marco coherente para evaluar las brechas de género en el contexto de la GRD. Para hacer frente a esta situación, en el nuevo informe del Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (i) (GFDRR), titulado Gender Dimensions of Disaster Risk and Resilience (i) (Las dimensiones de género del riesgo de desastres y la resiliencia), se presenta un marco operativamente útil sobre la dinámica de género de los impactos de los desastres. Para obtener más información sobre el género y la GRD, vea el informe completo en esta página (i).
Si comprendemos los factores que impulsan los impactos diferenciados de los desastres sobre las mujeres y las niñas, podemos asociarnos con los países para encontrar formas duraderas que permitan hacer del género un elemento integral del diseño y la implementación de medidas clave a fin de lograr sociedades resilientes, inclusivas y sostenibles.
Enlaces relacionados:
Blog: Cuatro mitos sobre el género y la reducción del riesgo de desastres (i)
Artículo: La dinámica de género del riesgo de desastres y la resiliencia (i)
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